Que la pandemia del coronavirus ha exaltado el planeta, no es ningún secreto. Y todo lo que está ocurriendo en las últimas semanas es, cuanto menos, más que sorprendente. Especialmente en los Estados Unidos de América, un país desde el cual prácticamente todas las informaciones que nos llegan están mucho más cerca de la locura que de la cordura.
La situación al otro lado del charco es, como poco, difícil de asimilar. Sin haber alcanzado aún el punto álgido de la crisis sanitaria provocada por el COVID-19 y ya en plena campaña electoral, la muerte de George Floyd en las rodillas de un agente de policía llegó en el peor momento posible, y lo revolucionó todo.
Poco os podemos contar acerca de lo ocurrido el pasado 25 de mayo que no se haya dicho ya, salvo acercaros a una de las noticias más sorprendentes y absurdas de las relacionadas con el mundo de la montaña de los últimos tiempos, la que protagoniza el gigante textil The North Face. Y es que la marca propiedad de la corporación VF Corp ha sorprendido a todo el mundo al anunciar que dejará de pagar publicidad en Facebook, al considerar de repente sus directivos que la política de contenidos de la red social es incompatible con la política de la compañía.
Pero lo más sorprendente del caso es que el anuncio se ha producido tras un comunicado de la Asociación Nacional por el Avance de las Personas de Color, o NAACP por sus siglas en inglés, en el que se asegura que la compañía dirigida por Mark Zuckerberg, además de ser “permisiva con contenidos de odio, también es complaciente con la difusión de la información”.
“It is clear that Facebook and its CEO, Mark Zuckerberg, are no longer simply negligent, but in fact, complacent in the spread of misinformation, despite the irreversible damage to our democracy…” – @DerrickNAACP
— NAACP (@NAACP) June 18, 2020
Si amigos y amigas, habéis leído bien. Básicamente, The North Face ha decidido abandonar Facebook porque está plataforma no censura al gusto de los intereses de la marca. Así de sencillo.
Tras el informe de la NAACP, el pronunciamiento de The North Face se produjo en forma de tweet: “sabemos que durante demasiado tiempo la desinformación y la retórica racista dañina ha hecho que el mundo sea desigual e inseguro, y apoyamos a la NAACP y a las otras organizaciones que están trabajando para terminar con el odio que genera beneficios #StopHateforProfit”, para posteriormente afirmar en otro comunicado entregado a la agencia Bloomberg que la marca “detendría toda su actividad relacionada con la red social, además de todos sus anuncios pagados, hasta que Facebook imponga políticas más estrictas que ofrezcan una mayor garantía de que se lucha contra el odio en las publicaciones de sus usuarios”.
We’re in. We’re Out @Facebook #StopHateForProfit
Learn more: https://t.co/uAT7u7mjBG https://t.co/jVxTIH5ThQ
— The North Face (@thenorthface) June 19, 2020
Pero la locura no termina aquí amigos, lo peor de toda esta historia es que la vicepresidenta de Facebook, Carolyn Everson, salió al embite a una velocidad asombrosa, para asegurar que “la compañía respeta profundamente la postura de la marca y que están en comunicación con organizaciones de derechos civiles y vendedores sobre cómo podrían aliarse como una fuerza para el bien”, en declaraciones a la CNN.
Y es que sin entrar a discutir sobre la definición de “una fuerza para el bien” ni en sobre quien decide lo que está bien y lo que no, y dejando completamente a un lado lo peligroso del asunto, según las palabras de la vicepresidenta de Facebook la censura en las redes sociales que la compañía controla, Whatsapp, Instagram y Facebook, va a estar más presente que nunca, continuando así con lo tristemente acontecido con el coronavirus, en donde toda publicación que fuese en contra del del discurso oficial o del establishment político ha sido borrada por sus algoritmos en cuestión de segundos.