La historia de Jana Vincourková es una historia mucho más común de lo que muchos podríamos llegar a sospechar. Su relato es el mismo que el de una gran cantidad de deportistas profesionales que cuando estaban en lo más alto de su carrera, notaron que la diversión y el disfrute habían desaparecido y que ya no eran felices bajo la presión del mundo del deporte de máximo nivel. Y entonces Jana, decidió dejar de competir, pero también de escalar.
Vincourková comenzó a escalar a una edad muy temprana, cuando tenía unos seis años, pero hace dos tomó la decisión de que había entrenado y competido tanto que ya no era divertido, así que renunció a su prometedora carrera tras conseguir ascender varios 8b de boulder.
Entonces encontró nuevas motivaciones alejada de los grandes focos y empezó un entrenamiento de encierro de ocho a 10 sesiones por semana, pero sin volver al mundo de las competiciones. “Tengo que decir que las rutinas ‘aburridas’ funcionaron y estoy rogando que me guste ese estilo de entrenamiento también. Siento que la motivación durará mucho tiempo”, confiesa ahora Jana.
Sin embargo, como también suele suceder en un gran número de ocasiones, esta joven escaladora se vio atraída de nuevo por las sensaciones que nos ofrece la roca y la escalada libre de patrocinios y obligaciones. Y entonces, decidió regresar a la escalada de máximo nivel, de forma mucho más discreta eso si, pero sin renunciar al ascenso de grandes líneas. Como Conquistador, un espectacular 8b de Sklapsko, una pequeña escuela con un enorme potencial para la máxima dificultad al que Jana firma el primer ascenso. Pero además, en las últimas cinco semanas ha escalado ocho problemas 8a o más, incluidos tres primeros ascensos.
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