Sin permisos de escalada para las expediciones extranjeras, todo el ecosistema que envuelve al turismo de montaña se hunde en Nepal, y con él, todos los sherpas se han quedado sin trabajo en plena temporada alta, que suele durar los meses de mayo a marzo.

Se estima que cada sherpa dejará de ingresar unos 5.000 dólares debido a las medidas tomadas por el Gobierno nepalí para frenar la expansión del virus.
El extraño caso de Nepal
Hasta ahora, en Nepal solo cuentan con un caso registrado de infección por COVID-19 que además, fue uno de los primeros infectados detectados fuera de China.
Fue el día 25 de enero cuando la Organización Mundial de la Salud expresaba una gran preocupación por el sujeto infectado detectado en la zona del Himalaya. En aquel momento, aún no se contaba con la información adecuada para controlar una nueva epidemia de tal magnitud, y como ha ocurrido en tantos y tantos lugares por todo el planeta, al paciente se le detectó la enfermedad cuando este ya había sido dado de alta, abandonado el hospital y circulaba libremente por el país.
Desde entonces no se ha detectado un solo caso en todo el territorio. Pero si tenemos en cuenta que el primer fallecido por coronavirus en España se contagió en Nepal, parece imposible pensar que no existan más contagios sin detectar dentro de sus fronteras, lo que se achaca más a la falta de medios para detectar a los posibles enfermos que a que la enfermedad no se esté expandiendo por la región.
Ante esta situación, y si añadimos que China e Italia, dos de las naciones más afectadas por esta enfermedad son la primera y la tercera fuente de turistas del país, es normal que Nepal se esfuerce en tomar medidas para frenar la nueva pandemia.
La visión de los sherpas
Uno de los muchos guías de alta montaña que han expresado su profundo malestar por la situación en las últimas horas ha sido Kami Rita Sherpa, uno de los mejores escaladores del mundo y que a sus 50 años, ha ascendido el Everest en 24 ocasiones.
Esta primavera tenía intención de volver a batir su propia marca con una nueva subida hasta la cumbre más alta del mundo. “Puedo escalar el Everest durante la próxima temporada de otoño, pero es doloroso que miles de guías de escalada, porteadores, guías de excursión y otros trabajadores en la región se hayan quedado sin trabajo”.
Efe Sherpa, otro de los muchos guías afectados, prevee que la situación será complicada, afirmando que “con estos ingresos envían también a sus hijos a las escuelas”, reconociendo también que gran parte de los afectados se verán obligados a solicitar créditos personales para poder superar la situación.
Un mensaje de optimismo
Sin embargo, los sherpas también tienen muy claro que “los turistas volverán, solo necesitamos una solución temporal hasta que toda esta situación quede olvidada”, sentenciaba con preocupación Kami Rita Sherpa.