En el Everest, Alex Txikon ha informado de las horribles condiciones que están soportando en las últimas horas, con fortísimas rachas de viento de más de 90 kilómetros por hora incluso en el Campamento Base.
«Lo dijimos ayer: ¡el Everest puede noquearnos, incluso en el campamento base! El viento ha roto nuestras carpas y tenga en cuenta que las que tenemos son lo mejor de lo mejor. Pero las ráfagas de 89 km/ h no perdonan. Habíamos planeado subir mañana, pero no será así. ¡Saludos desde aquí!».
Sin embargo, Txikon se mostraba muy motivado y esperanzado en su última comunicación, convencido de la llegada de una próxima ventana de buen clima que les volverá a permitir enfrentarse a la montaña: “Tenemos la motivación por las nubes. Hoy el día ha amanecido muy bueno, pero el nerviosismo se apodera de nosotros ya que en breve volveremos a medirnos con el Everest. Nos preparamos mentalmente, imaginamos lo que nos espera, tratamos de memorizar la cascada de hielo del Khumbu, la gran rimaya a 6.700 metros… Tenemos la motivación por las nubes, pero también muy presente el enorme sopapo que nos puede dar el Everest”.
A la espera de una próxima ventana de buen clima
Alex también nos informaba de los planes que el equipo tiene para las próximas horas, en las que si se cumplen las previsiones más benévolas tienen planeado intentar colocar tanto el C3 como el C4 en un único empujón desde el CB. “Hoy Óscar ha cumplido los 43 años y hemos podido hacer un hamaiketako en ‘la calle’. Después los cinco ‘occidentales’ hemos dado un paseo caminando, morrena arriba. Pechambe, Tenzen y los demás nepaleses han preferido quedarse apostando a las cartas como suele ser habitual; ellos le llaman timepass. Nosotros hemos caminado, conversando junto a la perrita Khumbu, que también ha querido acompañarnos. Diego inmortalizaba estos momentos únicos mientras Óscar y yo poníamos nuestras piernas a punto buscando sensaciones que, por cierto, han sido muy positivas”.
