Hoy os traemos una historia curiosa, y que a muchos y muchas les sonará familiar. Cruzamos el charco para situarnos en Sleep Ten Canyon, en Estados Unidos. Allí, un grupo de 18 escaladores que han preferido mantener el anonimato, hartos de ver vías completamente artificiales creadas con cazos y todo tipo de agujeros tallados en la roca, han decidido destrozar los seguros de unas 30 rutas en los últimos días.
«La semana pasada, un grupo de 18 escaladores de 5 estados nos reunimos para buscar en Ten Sleep rutas muy manufacturadas. Entre los 18 escaladores sumamos más de 100 años de escalada en Ten Sleep, Wyoming»

Podría ser solo una historia más, una de tantas de las que todos hemos oído hablar y que han ido sucediendo a lo largo de los años en tantas escuelas de nuestro país. En La Pedriza por ejemplo, en Madrid, hace unos meses se rompieron de una forma similar un buen número de bloques que habían sido sicados para evitar su rotura natural en piedras de poca solidez, y en otros bloques se sicaron piedras simulando un rocódromo. En Baltzola, mítica cueva del País Vasco, se agrandaron los agarres de uno de sus bloques más míticos, algo que también ha ocurrido recientemente en Albarracín, en La Pedriza, en Tamajón…

Pero la historia que hoy os contamos es diferente, sobre todo por dos hechos que están despertando un enorme revuelo en el país norteamericano. El grupo, al no haber podido destrozar todas las vías que han sido manipuladas en exceso porque eran demasiadas, ha dejado candados pintados de rojo en las primeras chapas de un sin fin de rutas, impidiendo que se pueda escalar por la mayoría de ellas. Pero lo más llamativo de todo, es que el grupo ha decidido colgar en las redes un comunicado explicando el por qué de sus acciones.
«Con la escalada ganando popularidad a un ritmo tan rápido, es importante que mantengamos nuestras relaciones con el Servicio Forestal de los Estados Unidos y que no violemos nuestras tierras públicas de esta manera. Estos son recursos compartidos, nos pertenecen a todos y los administradores de tierras en todos los niveles han depositado su confianza en nosotros. No podemos tomar esa responsabilidad a la ligera. (…) Lamentamos que su proyecto se haya ido, lamentamos que su ruta favorita ya no exista. Pero la verdad es que nunca existieron. Fueron fragmentados y perforados hasta su existencia con evidente desprecio por la ética del paisaje, así como por el deporte que todos amamos»
Lo cierto es que, sin entrar a debatir en esta ocasión en si el hecho de romper una vía porque no haya sido respetada la ética al equiparse es lo correcto o no, en el país americano si que se está originando un enorme debate, prometiendo ser un punto de inflexión en la forma de equipar nuevas rutas en el país.
Podéis ver el comunicado completo de los escaladores desde aquí.