Tras un enorme desprendimiento de tierras la pequeña localidad argentina de Villa La Angostura quedaba completamente aislada, justo el día en que comenzaba la temporada alta turística, hace una semana.
Sobre la carretera quedaron alrededor de 2.000 toneladas de rocas, y en el mismo punto donde colapsó la pared aún queda otra inestable masa de piedras, a punto de ceder de otras 3.000 toneladas.
Para resolver el problema, el Gobierno ha tenido la genial idea de buscar… ¡escaladores de élite! Con el fin de escalar la peligrosa pared cargados de varios gatos hidráulicos, con los que intentarían echar abajo los trozos inestables de la pared. La idea del Gobierno es que también coloquen mallas a lo largo y ancho de toda la pared para evitar futuros desprendimientos. Mientras, otros operarios levantarán muros de contención, repararán el pavimento y, finalmente, las máquinas despejarán la carretera.