Austin Howell era un tipo silencioso y solitario. Quienes le conocían confiesan que no tuvo una vida sencilla. Depresivo y con trastornos mentales, lo único que había conseguido estabilizar su turbulenta cabeza había sido la escalada, y en especial el free solo. Autor de algunas de las escaladas sin cuerda más audaces y arriesgadas que se recuerdan, la pasada semana cayó mientras escalaba junto a sus amigos en su escuela favorita. Sería su último solo integral, la modalidad que tanto amaba y que tan fatal desenlace le tenía reservado.
Austin saltó a la fama con su vídeo más viral allá por el 2015, cuando escalaba sin cuerda, sin ropa y sin gatos pero con un bonito sombrero la Dopey Duck, un 6a de unos 100 metros en las Shortoff Mountains, en el sudeste norteamericano. Por aquel entonces aún no era un experto en solos integrales, ni tampoco contaba con excesiva experiencia en vías de alta dificultad, pero Austin no tenía ganas de vivir. Una caída pondría fin a su sufrimiento.
Más tarde confesaría no haber tenido nunca tendencias suicidas, aunque una caída entraba dentro de sus planes. Sin embargo consiguió completar la escalada sin grandes incidencias, convirtiéndose al instante en un completo adicto. Acababa de nacer una leyenda.
Sus inicios en el solo integral
Algunos de sus amigos, como Susan Hill, aseguran que aquel fue el primer solo integral importante de Austin Howell. Aquella primavera de 2015, tan solo unos meses después Austin tuvo un alocado sueño: quería escalar el primer largo de The Nose, en El Capitan, Yosemite, sin cuerda. Pero cuando probaba el primer largo sufrió una caída, la primera practicando un solo integral. Cayó desde unos 8 metros aterrizando sobre su cabeza en en un saliente, fracturándose varías vértebras de gravedad.
Austin no solo conseguiría recuperarse por completo de aquella caída, si no que saldría fortalecido y extrañamente reforzado, confesando años después que sería en aquel preciso instante, tumbado semi inconsciente al pie de The Nose, cuando decidió llevar su pasión por el solo integral al máximo nivel.
Sus primeros séptimos sin cuerda
Tras unos meses de recuperación, preparación y entrenamiento, Austin comenzó a subir la dificultad en sus solos. En 2016 escalaría sus primeros 7a sin cuerda y en 2017 sus primeros 7b. En ese mismo año también ascendería Tangerine (7a+ a vista ), Supercrack (7a+ a vista), Twinkie (7a+), Satisfaction (7b) y Dalai Lama (7b+/c), la que se convertiría en su ascensión más extrema. Ese mismo año también completaría lo que llamó la “Milla del Mojo”, en las Shortoff Mountains, en donde en un solo día escaló sin cuerda 15 vías de entre 5 y 7a+ que iban desde los 100 hasta los 200 metros, para completar unos 1.800 metros de escalada continua sin protecciones de ningún tipo.
A lo largo de su carrera Austin había escalado 19 rutas entre 7a y 7b+ repitiendo algunas de ellas, hasta completar un total de 37 escaladas sin cuerda en vías de séptimo grado.
“Si no fuera por los solos, podría haber muerto ya”…
Austin Howell tenía 31 años de edad y trabajaba en una empresa eléctrica a las afueras de Chicago, su ciudad natal. Nunca tuvo problemas para hablar abiertamente de su enfermedad, aunque jamás quiso dar mayores detalles acerca de su situación personal ni sobre los motivos que podrían haberla ocasionado. Sin embargo si reconocía haber estado inmerso en una angustiosa depresión durante años. Depresión de la que solo conseguiría salir gracias a su pasión por la escalada, llegando a afirmar en innumerables ocasiones que “el único motivo por el que seguía viviendo era solo para poder escalar un día más”.
Pero a pesar de lo peligroso de sus escaladas, Austin no solía arriesgar. En más de una ocasión destrepó desde unos 200 metros de altura al no ver claros los pasos, como en Jet Screamin Hooter Queens, un 6c+ a las afueras de Idaho que intentaba escalar a vista. “Bajé de forma segura después de decidir que los movimientos cerca del séxto largo eran demasiado inseguros para asegurar la reversión si seguía ascendiendo”. Tras su reciente fallecimiento, Sam Burchett, buen amigo de Austin, confesó que “solía realizar destrepes con bastante frecuencia en muchos de sus solos”.
La rotura de una presa
El pasado 30 de junio Austin se encontraba escalando junto a varios de sus amigos en las Shortoff Mountains, su escuela favorita. Aquella mañana había quedado con Ben Wu para repetir una sesión fotográfica en dos de sus rutas más queridas, la Golden Rule y la Dopey Duck, precisamente la vía que lo convirtió en popular al escalarla con su sombrero. Allí ya estuvieron en noviembre del año pasado echando unas fotos, pero a Austin no le había terminado de convencer el resultado final debido al exceso de luminosidad, con lo que decidieron repetir.
Tras completar las dos ascensiones y finalizada la sesión fotográfica, Austin y Wu decidieron separarse. Mientras Austin intentaría una última ruta en solitario a unos pocos metros de Dopey Duck, posiblemente la Energizer (7a/7a+), Ben se reuniría con otros dos amigos, Jay Massey y Riley Collins, que andaban escalando por la zona y que pretendían ascender por la Dopey Duck.
En torno a las 11.30 de la mañana, cuando Riley se encontraba a unos 30 metros de altura, oyó a su izquierda un desgarrador monosílabo: No….
Pero según confiesó Riley, no fue un grito lo que se escuchó. “Aquel no sonó más bien a resignación, cómo asimilando lo que iba a pasar”. Momentos después Austin se precipitaba al vacío desde unos 30 metros, aparentemente por la rotura y desprendimiento de un buen trozo del muro.
Riley y Jay descendieron rápidamente, llegando al lugar donde se encontraba Austin tendido en el suelo, sobre un charco de sangre. Massey intentó reanimarlo durante unos minutos, aplicándole maniobras RCP de primeros auxílios pero no obtuvo éxito, Austin ya no tenía pulso.
Los servicios de Emergencia del Condado de Burke llegaron al lugar unos 90 minutos después, para finalmente alrededor de las 13:30 horas, declarar a Howell por fallecido.
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3 accidentes muy similares
La escalada sin cuerda es una actividad mucho más extendida de lo que se podría pensar dada su peligrosidad. En cada país con tradición escaladora suena algún nombre convertido en leyenda. Carlos Suárez o Dani Andrada, Dean Osman o Dean Potter, Alex Honnold o John Bachar…
Sin embargo y pese a los peligros evidentes de escalar sin cuerda, no suelen ser frecuentes las noticias de accidentes, y mucho menos fallecimientos de personajes de cierto renombre.
El pasado 18 de mayo, en Colorado, el experimentado escalador Robert Dergay, de 48 años de edad también cayó desde una altura de unos 30 metros, también por la rotura de un buen pedazo de pared y también mientras practicaba la escalada sin cuerda. También falleció en el acto, y también, como en la mayoría de los casos, su caída fue provocada por el factor de riesgo que no dopende del escalador.

Pero la mala racha no termina aquí. Hace menos de un año, en agosto del año pasado Philipp Angelo, un experimentado guía italiano de 36 años de edad se encontraba escalando el Espolón Walker de las Grandes Jorasses del Mont Blanc, también sin cuerda ni protecciones. Según relató una cordada que se encontraba ascendiendo por la misma ruta tan solo unos metros por debajo del joven italiano, oyeron perfectamente como se rompía la roca por encima de ellos, y unos segundos después vieron precipitarse al vacío el cuerpo de Philip hasta un total de unos 600 metros de caída.