El niño es sin duda una de las líneas con mayor leyenda e historia de El Capitán, una visión de los hermanos Huber que aún hoy sigue sin ser escalada. Ayer, Alex Honnold y Brad Gobriht conseguían la primera repetición de una variante “fácil” de 8a+ que asciende por un lateral de la imposible placa que a hecho abandonar a todo el que ha intentado la ruta hasta ahora, y en la que los hermanos Huber invirtieron sin éxito casi cinco años de duros intentos.
Una línea imposible
La ruta, una futurista creación de los hermanos Huber que atraviesa el North America Wall, el muro principal de El Capitán tiene dificultades muy mantenidas de hasta 8a+ en hasta 6 de sus largos, además de una sección imposible, una placa lisa como un espejo a la que aún nadie ha sido capaz de ponerle la cadena.

La mayor locura de los Huber
La primera subida por el North America Wall data de 1964, cuando Royal Robbins, Tom Frost, Churck Pratt e Yvon Chouinard pasaron más de una semana anclados a la pared ascendiendo con las técnicas de la época. Tuvieron que pasar 24 años hasta que en 1998, los hermanos Huber repitieran la ruta, para posteriormente añadirle varios largos completamente nuevos y hasta entonces nunca explorados. Tras casi cinco años en el valle, los hermanos consiguieron escalar toda la ruta en estilo libre, salvo uno de sus largos. En mitad de la pared se encontraron un tramo de unos 8 metros completamente lisos y sin apenas agarres al que llamaron Man-Powered Rappel, o Rapel impulsado por el hombre en su traducción literal al castellano. Para evitar esta sección, Alex Huber tuvo que hacer un vuelo horizontal de unos 10 metros de largo para terminar esquivando la placa por su parte izquierda.
En noviembre de 2017 Sonnie Trotter empezó a trabajar en la vía, con la intención de probar hasta los límites aquella sección hasta entonces imposible. Al comentarle su proyecto a Alex Honnold, este no dudo ni un instante en sumarse a la cordada. Ambos probaron e intentaron durante un tiempo el largo clave, hasta darse cuenta de que escalarlo “parecía casi imposible”. Con la idea de ascender sin tener que repetir el alocado vuelo de los Huber, descubrieron una posible variante que transcurría por su izquierda, accesible con unos cuantos pasos de travesía. Posteriormente se dieron cuenta de que no solo sería posible, sino que no sería más de 8a+. La llamaron Pineapple Express, y aunque el proyecto inicialmente estaba pensado para una cordada formada por ambos, por compromisos publicitarios relacionados con la película Free solo, Honnold no pudo formar parte del primer ascenso firmado por Trotter.

Pero Honnold seguía pensando en la ruta, y en cuanto terminaron las obligaciones publicitarias que lo habían mantenido alejado de las grandes paredes volvió a la carga, esta vez junto a Brad Gobriht, otro habitual de Yosemite. Ambos lograban ascender en libre todos sus largos en poco más de 14 y 34 minutos, con la particularidad de haber escalado más de 11 horas en la oscuridad de la noche.